Aprender inglés no tiene que ser un reto imposible. Con algunas estrategias simples y un poco de disciplina, cualquiera puede avanzar en el idioma, sin importar la edad o el nivel en que empiece.
El inglés es el idioma que conecta al mundo. Más de 1.500 millones de personas lo hablan y es la lengua principal en negocios, tecnología, viajes y entretenimiento. Hablar inglés también abre puertas a mejores trabajos, salarios más altos y oportunidades fuera de tu país. Incluso si solo planeas viajar, hablar lo básico hace una gran diferencia.
Si ya reconoces frases como “play”, “next episode” o “skip ad”, vas por buen camino. El inglés ya vive en tu rutina diaria. Aprovecha eso a tu favor: conviértelo en tu aliado y no en un obstáculo.
Empieza con saludos, presentaciones y frases que usarías en un restaurante o aeropuerto. Repetirlas en voz alta te ayuda a recordarlas más rápido.
Ver series, escuchar música o podcasts en inglés entrena tu oído. Aunque no entiendas todo, vas acostumbrándote al ritmo y los sonidos.
Leer y escribir ayuda, pero sin hablar ni escuchar, es difícil avanzar. Usa el idioma en voz alta todos los días.
El
inglés no se construye igual que el español. En lugar de traducir, intenta
entender la idea general.
Depende de tu esfuerzo y constancia. Si estudias 30 minutos al día durante seis meses, puedes alcanzar un nivel básico para conversar. Lo clave es mantener la rutina y no rendirse.
Aprender inglés no es tan complicado como parece. Con práctica diaria, una actitud positiva y paciencia, puedes avanzar mucho más rápido de lo que crees. Empieza con lo básico, sé constante y no te detengas. El progreso llega paso a paso.